LAS CEBICHERAS DE ANCON

Hablar de Ancon, es contar la historia de personas que cumplen con un gran papel en la vida de este hermoso distrito, con sus inicios, con una vida forjada en muchos casos con valentía, con esperanza, pero con mucha determinación. Este es el caso de nuestras amigas de la Asociación de Cebicheras de Ancón, que ya llevan más de 60 años de actividad ininterrumpida en la venta de los platos marinos que ofrecen a las personas que visitan el puerto de Ancon todos los días.

Nos preguntamos y cual es su secreto?, pues la verdad es que hay varios secretos muy bien guardados. El primero de ellos nos lo cuenta la Tía Chola, una mujer encantadora, actual presidenta de la asociación, con más de 60 años en la venta de comida elaborada en base a los pescados y mariscos que nos provee el litoral peruano.

Justo le preguntábamos y como empezaron aquí en Ancón, ella nos cuenta que cuando llegaron al puerto, el cual era totalmente diferente a lo que hoy día podemos ver, ellas empezaron vendiendo cebiche al paso, el cebiche que se obtiene producto de la pesca del día. Que interesante, estas señoras realmente cocinaban con pescado fresco, y ese cebiche tan agradable para nosotros era lo que se vendía al paso, porque no tenían un lugar donde atender, sin embargo ellas vendían a todas aquellas personas que les hicieran el pedido, ya sean pescadores, visitantes o personas que vivían en ese entonces en el balneario.

Se puede decir, que estas señoras vendían sus cebiches a los exclusivos veraneantes de la élite de lima, los cuales eran pocos. Pero no eran los únicos, también tenemos visitantes, pobladores de lugares cercanos, trabajadores de la zona, pescadores, en fin una pequeña gama de personas que tuvieron la suerte de probar este maravilloso plato. Es necesario indicar que ellas fueron las pioneras de la venta de comida marina en Ancón y gracias a ellas es que el balneario tiene tanto atractivo.

Pero como todo evoluciona en el tiempo, no sólo vendieron cebiches, también vendieron el riquísimo escabeche, el cual se convirtió en el segundo plato bandera de nuestras queridas señoras, pero ya sabían que iban a vender. En este ínterin ellas ya habían empezado a establecerse en el puerto, llegando a ocupar algunos espacios, es lógico que al principio no eran muchas, pero ya estaban organizadas, pues ese era la razón de continuar en el negocio todas juntas ayudándose para que la venta de la comida no cayera. Ya tenían una mayor cantidad de comensales que las buscaban porque sabían que ellas eran las que les aplacaría el hambre y las ganas de comer comida fresca. Si nos ponemos a pensar en esto, pues era realmente todo un lujo, un gran lujo que hoy no todos se pueden dar.

Ya se habían organizado e instalaron sus mesas largas, las cuales serían el principal escenario para congregar a sus comensales que antes comían parados, una mesa y sus bancas, ahora ya tenemos otra experiencia. Pero había un problema y ese problema era que atendían en la parte del puerto donde los pescadores descargaban su pescado y esto era realmente incómodo para todos, al principio esto fue un problema y con ello tuvieron que hacer mejoras, esto significo hacer el primer traslado de los puestos para no tener mayores inconvenientes. Este era un problema que debían de solucionar.

Por ese motivo y gracias a los consejos del alcalde de turno es que logran tener nuevas ubicaciones las cuales estaban ya orientadas a mejorar su atención al publico con mayores beneficios, para este entonces ya no vendían solo cebiche y escabeche, ya vendían otros platos como sudados, pescados fritos, parihuelas, ya el negocio estaba evolucionando y como lima estaba creciendo la cantidad personas que las visitaba también crecía. Ancón también aumentaba la cantidad de habitantes, motivo por el cual, ya tenían una mayor cantidad de personas aptas para ser sus clientes o clientes potenciales.

Sin embargo aquí se toparon con el segundo problema y era que donde estaban ubicadas rompía el mar y ellas eran parte de eso. Eso significaba que terminaban totalmente mojadas o sus puestos dañados cuando había algún maretazo o fenómeno producto de la temporada. Nuestras señoras atendían los 365 días del mes, en todo el año, a pesar de que el invierno era la temporada mas dura para ellas, puesto que no había publico. Claro eso ahora ya cambiado, con mas de dos millones de habitantes que viven en las zonas mas cercanas esta situación ha cambiado y ahora tanto en verano como en invierno hay publico. De igual manera se considera que el verano es la temporada mas fuerte del año.

Ante esta situación se trasladaron a la parte sur del puerto por así decirlo y ahí se ha construido toda una infraestructura que permite recibir con comodidad a las personas que van a comer los ricos platos marinos. Nuestras señoras ya están acostumbradas a llamar a los clientes con frases muy coloquiales y graciosas que es una característica de su atención. Esto es muy positivo porque las personas se pueden acostumbrar siempre a recibir una buena atención y eso es inculcado, esto lo practican nuestras amigas todos los días, no sera raro escuchar hola guapo hola guapa, sino te gusta no pagas y con eso quien no se siente comprometido a comer. Esto es realmente un espectáculo muy particular.

Si me tienen que preguntar si iría a comer aquí, pues la verdad es que le diría que si, vayan y disfruten de la vista, del mar, de poder ser parte de una aventura que es la de conocer a personas, sus experiencias y todas aquellas oportunidades que se puedan presentar.